Cuauhtémoc Cárdenas, nuevo error
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Nadie podrá negar que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano es un hombre valioso y con mucha talla de estadista. Es un hombre moderado en su ideología de izquierda, herencia sin duda del enorme revolucionario y patriota que fue su padre, el general Lázaro Cárdenas del Río.
Cuauhtémoc fue candidato presidencial en tres ocasiones. En 1988, frente a Salinas; en 1996 como contrincante de Zedillo y en el 2000, compitiendo con el panista Vicente Fox Quesada. Pero en México, todas las elecciones son de Estado. El gobierno utiliza sus gigantescos recursos económicos, su manejo absoluto de los procesos electorales, especialmente de las casillas el día de la elección y sus fuertes nexos, que pesan muchísimo, con el imperio estadounidense. Y así, el hijo de Tata Lázaro no pudo ganar.
En la tercera ocasión ya existía un pacto ultra secreto entre los presidentes Ernesto Zedillo Ponce de León, de México, y Bill Clinton, de los Estados Unidos, acordado seis años antes, en ocasión del “error de diciembre”, error del que fueron responsables por igual el presidente Salinas y el entrante Ernesto Zedillo. México tuvo que enfrentar la peor catástrofe financiera de su historia. Con un préstamo de emergencia de 55 mil millones de dólares, Clinton salvó a México, pero a cambio impuso varias condiciones: la primera fue sacar al PRI de Los Pinos en la elección del año 2000 y entregar el poder, aunque sólo fuera por un solo sexenio, la Presidencia de la República, el partido conservador y ultra reaccionario, el PAN. Zedillo no tuvo más remedio que aceptar y manipuló la cosa política, durante todo su sexenio, preparando la primera derrota del PRI en 70 años y de paso la del opositor de izquierda Cuauhtémoc Cárdenas.
Ya en los comicios de 2006, Cárdenas no quiso participar, especialmente porque había surgido un candidato muy fuerte de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, con grandes posibilidades de derrotar a un candidato muy débil de la derecha, Felipe Calderón Hinojosa.
Y ahí viene el primer gigantesco error político de Cuauhtémoc Cárdenas: Cuando todo mundo esperaba que sumara sus fuerzas a las de López Obrador, para arrollar entre ambos al PAN, (el PRI ya había aceptado dejarse ganar, para cumplir el pacto Zedillo-Clinton, con un candidato mediocre, todo mundo estuvo seguro de que Cuauhtémoc sumaría su capital político a la candidatura de López Obrador, con lo cual la izquierda llegaría, irremisiblemente, al poder.
La suma de dos políticos prestigiados habría resultado invencible. Cuauhtémoc habría sido en la presidencia de López Obrador, secretario de Gobernación o director de PEMEX, y habría asegurado la presidencia para el 2012.Pero Cuauhtémoc, celoso del poderío alcanzado por López Obrador, se negó a sumar sus fuerzas a las del político tabasqueño, y la elección, a pesar de que ganó AMLO, se declaró empatada. Finalmente, tras varios días de inquietud, la entregó Fox a Calderón, con diferencia mínima de medio punto porcentual, es decir, con todas las trampas del gobierno, la elección quedó empatada. ¿Qué habría pasado si Cuauhtémoc hubiera sumado su prestigio al de AMLO, seguramente la izquierda habría llegado al poder, provocándole un berrinche a los Estados Unidos.
Hoy, esa historia se repite. Si Cárdenas si suma a AMLO, no quedará ya duda del triunfo de este. Pero Cárdenas no quiere ser menos que López Obrador y al reaparecer en el agitado escenario político actual, buscando o su cuarta candidatura, o la de un incondicional suyo. Todo, menos sumarse a López Obrador para asegurarle el triunfo. He aquí, por la voluntad y la ambición histórica, el segundo error de Cuauhtémoc, que se suma al de 2006. La vida le da a Cuauhtémoc una segunda oportunidad histórica. Pero él no quiere permitir que AMLO llegue a donde él no pudo llegar. Si no ganó él, tampoco ayudará a AMLO a ganar. Aunque lo más probable es que AMLO gane en el 2018, con o sin la ayuda de Cárdenas. En la vida todos somos necesarios pero nadie es indispensable, ¿o no?