Las re-negociaciones de un tratado que depende el inédito México.
Recordemos cómo a principios de año productores de Jalisco quisieron mandar sus paquetes de aguacate, como es de costumbre, a que cruzaran la frontera norte del país, sin embargo los guardias los detuvieron y fue porque ese presidente de cabello rubio dijo reiteradamente en el pasado que México siempre se ha aprovechado de Estados Unidos y seguramente los productores se preguntaron si era por las renegociaciones de un tal tratado de libre comercio. Así que los vendieron a Canadá y al mercado nacional ganando mejores compradores.
Para nutrir nuestra memoria nos remontaremos brevemente a las relaciones de nuestro país con los gringos, siendo que se puede ver de distintas formas; que van desde la complementariedad hasta lo contradictorio en temas territoriales con Santa Anna, económicos con el Porfiriato, políticos durante la revolución, petrolero durante el cardenismo y de alianzas en la segunda guerra mundial y la guerra fría. Llegando hasta la negociación de un tratado de libre comercio durante los gobiernos de entonces, Salinas de Gortari, George Bush (padre) y el primer ministro canadiense Brian Mulroney en 1992 y entrando en vigor dos años después.
Con el tratado de libre comercio se destruye el modelo antiguo, ya no hay nacionalismo revolucionario. Eso ya quedo atrás. Es otra forma de hacer el intercambio económico con Estados Unidos por la vía comercial, en exportaciones e importaciones.
Pero quedó a deber bastante, promesas incumplidas de su mayor promotor; Salinas de Gortari decía que ya no mandaría indocumentados sino ahora mercancías, que iban desde maíz hasta automóviles. Sin embargo 5 millones de campesinos tuvieron que abandonar sus tierras en los primeros años, elevando el desempleo y la migración hasta de no campesinos al país de las barras y las estrellas.
Sin duda alguna veía en su visión, que nos íbamos a convertir en una potencia exportadora de alimentos agrícolas pero se ha abandonado al campo y cada vez importamos más comida de empresas extranjeras. Que íbamos a comer como personas de primer mundo a bajos precios y con gran variedad pero tenemos los más procesados, de mala calidad y nos colonizaron hasta el paladar, así es, hasta en el paladar estamos conquistados, por ejemplo, ya casi nadie toma café orgánico, todos tenemos el mismo sabor a café de marcas como Néstle. Que todo mexicano tendría un trabajo en su lugar de origen; el nivel de pobreza extrema subió rápidamente, pasando de un 16 a un 28% solo en los primeros cinco años. Que se eliminarían obstáculos al comercio y se facilitaría la circulación trilateral de bienes y servicios; siendo una contradicción, Según el Doctor Lorenzo Meyer, del Colegio de México, les vendemos el 80.5% de nuestras exportaciones y ellos importan apenas el 12%.Casi ningún país del mundo tiene estas características, somos los únicos que tenemos tan concentrado nuestro mercado exterior, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial. Esta es la nueva dependencia. A comparación con Canadá que les exportamos apenas un 3.7% y a otros países con menos de ese porcentaje. Pero no solo les exportamos bienes y servicios, sino también seres humanos, es alrededor del 10% de la población que no se van por gusto sino por obligación, obligados a conseguir por su propia cuenta una mejor calidad de vida para el o ella y para su familia soportando malos tratos, discriminaciones y encontrando una que otra puerta medio abierta de oportunidades con trabajos que ya todos sabemos cómo son porque seguramente conocemos a alguien que vive con los vecinos de arriba. Por lo tanto las remesas es nuestra principal fuente de ingresos más que el petróleo, por desgracia, porque solo cuentan con él, alrededor de veinte países de todos los del mundo. Desde su acuerdo ya no se han construido refinerías y las que están se han ido a la baja hasta quedar en la absoluta quiebra ya que les vendemos el crudo y compramos el líquido; es como vender naranjas y comprar jugo de naranja.
Vendrá, junto con el muro en marcha prometido por el racista y misógino de Donald Trump y advirtiendo que lo pagaremos a la fuerza, todos los mexicanos, las renegociaciones de este tratado, siendo que ya tiene fecha, será el próximo 16 de agosto y suponiendo que las terminaran en febrero para que no interfieran las elecciones presidenciales, otro tema muy interesante por escribir sin duda. Los tres países han anunciado que si no sacan el mejor provecho para su población y no llegan a tratos justos darán por terminado el tratado de libre comercio, buscando la diversificación comercial. Lo peor que vendrá de esas discusiones será meter en negociación el petróleo, servicios públicos como el agua, salud, educación, la administración de las cárceles, hasta legalizar los dañinos transgénicos y un “Plan Colombia” para México en el que se establezcan bases militares estadounidenses para controlar nuestra propia delincuencia. Antes, la variable más importante dentro de la macroeconomía, que es, el Producto Interno Bruto (PIB) podíamos alcanzar más de cinco puntos porcentuales, hoy no podemos rebasar en la mayoría de las veces el 2.5 por lo que se vislumbra que no nos ha ido tan bien como lo creen los gringos. No a la renegociación y si a la diversificación, recuperar nuestras raíces, mirar hacia el Sur, mirar hacia los hermanos de América Latina.
Les propongo tres alternativas para salir de esta crisis y “amenazas” por parte de Estados Unidos que siempre nos las han hecho y más ahora si salimos del tratado, que se acerca en los próximos meses:
-Que el país se mantenga dentro de la tormenta perfecta que ellos le han llamado (crisis, caos, devaluación, desgobierno, repartición del territorio nacional por grupos de poder como si fuesen cárteles) en un tiempo indefinido;
-la segunda es la continuidad del modelo económico manteniéndose en pie por la fuerza de la policía, del ejército, la marina y demás o
-la tercera, es salir de la crisis de forma pacífica, democrática, tolerante, participando en organizaciones sociales o políticas, informándonos, no dejándonos engañar, discutiendo y concientizando para reorientar a México y llevarlo al lugar que se merece.
No existe en el país durante los últimos cuarenta años una política clave con los demás países del mundo. Eso ya es tarea de nuestros gobernantes. Y termino con una de las frases más sonadas y a la vez muy significativa para estos tiempos, de los mejores presidentes que vio nacer esta bella nación, hablo del oaxaqueño Benito Juárez García: "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno, es la paz".
