LUPUS OCULUS
INSTANTE
Hace algún tiempo me topé con un texto del Argentino Jorge Luis Borges llamado “Instantes” y dice así:
Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos. Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios. Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora. Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas; si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres, y jugaría con más niños, si tuviera otra vez vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años... y sé que me estoy muriendo.
Las palabras de un hombre que reflexionó su vida hasta llegar al punto de criticarla nos demuestra las claras ganas de enseñar a la juventud un importante mensaje como es “vivir la vida sin tantas complicaciones y disfrutarla en todo momento, sin limitantes y sin abstenerse a nada”.
Cabe destacar que la experiencia de este hombre compartida por medios retóricos y literarios no son tan ajenas a lo que nos puede suceder a nosotros “los que gozamos de juventud”. Nuestra sociedad nos demanda a ser trascendentes, a buscar el éxito y el reconocimiento de los demás, pero en el caso de Borges que tenía todo el reconocimiento, el éxito y la trascendencia del mundo por sus obras, nos muestra que aquellas cosas llegan a ser banales cuando se es viejo y comienzan a llegar a las puertas de tu existencia las nostalgias y los autocuestionamientos de ¿por qué no decidí mejor vivir de una forma más simple y feliz?
Es entonces que nos debemos exhortar a romper paradigmas de las etapas de la vida e iniciar a vivir de manera auténtica, original, feliz, etc. En fin, una vida como se quiera vivir y no como nuestro contexto no lo demande. Al final de cuentas, el propósito de esta vida es la felicidad y para lograrla cada quien tiene su fórmula personal.
